Sigo
muy de cerca, aún en la distancia, la campaña para la recuperación del órgano
de la Colegiata. Y es tal la “comedura de tarro” que nos habéis inculcado a los
caspolinos que vemos tubos y teclas por todos los lados. Sin ir más lejos, este
verano fuimos de viaje a los Países Bajos y no había museo, ermita o iglesia en
la que entráramos y no fuéramos buscando el consabido órgano para su foto, y
voy a ritmo de colección.
Como muestra os dejo el pequeño instrumento sito en
la capilla de las beguinas de Begijnhor en Ámsterdam. Saludos y seguimos
adelante.
Vicente Bordonaba Palacio
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