Este fin de semana hemos viajado a Bélgica. Dispuestos a poner una pica en Flandes, hemos visitado Brujas, Gante y, por supuesto, la propia capital. Y, como no podía ser de otra manera, hemos visto iglesias y órganos de primer orden.
Nos detenemos hoy en la iglesia de San Jacobo de Coudenberg, cuyo exterior asemeja más a un palacio de congresos. Lindante con el parque de Bruselas y el Royal Palace, corona una bellísima colina desde la que se contempla una magnífica panorámica de la ciudad.
La iglesia de San Jacobo fue construida siguiendo los planos de Guimard (1776-1787). Un fresco de Portaeles adorna el frontón. El interior, tan luminoso como austero, alberga las figuras simbólicas Godecharle que representan el Antiguo y el Nuevo Testamento. Lo cierto es que tiene más pinta de pinacoteca que de iglesia.
Frente al altar mayor, encima del coro, el órgano de tubos que deleita a feligreses y vecinos en las eucaristías y en diversos actos culturales.
Quartet cat's
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