En Bolonia, bellísima ciudad del norte de Italia, existe un restaurante cuyas paredes están decoradas con los dibujos y frases que los clientes han ido dejando en ese corto -o interminable, según el hambre que tengas- intérvalo de tiempo que va desde que pides hasta que te sirven en mesa. Hay verdaderas obras de arte, haciendo evidente aquello de que el hambre agudiza el ingenio.
El caso es que hace unos días recibimos un email de ese restaurante en el que se nos decía los siguiente:
Estimados amigos del proyecto CMyC. Uno de nuestros clientes se entretuvo hace unos días haciendo un curioso dibujo. Creemos que está relacionado con vosotros, ya que una amiga caspolina aquí residente lo ha identificado con estas palabras: "esto lo ha hecho algún milorcho de Caspe".
Tardamos mucho en comprender qué es un milorcho, pero la palabra nos ha gustado tanto que igual le ponemos ese nombre a un plato nuevo. Mientras tanto, lo que sí os podemos asegurar es que este dibujo lucirá muy pronto en nuestro local,
Arrivederci, hermosos!!
La verdad es que el dibujo no ganará un premio por su belleza. Pero nos encanta que se acuerden de nosotros en lugares tan lejanos!
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