Con un pórtico de bellísima factura, adscrito al gótico mediterráneo y, por tanto, que nos recuerda enormemente al de nuestra Colegiata (aunque mucho mejor conservado aquél), la catedral de Tarragona es un conjunto monumental de primer orden, sede del arzobispado tarraconense y lugar de referencia para los fieles de la vieja Tarraco.
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| Pórtico de la catedral de Tarragona |
Todo en ella es monumental. La iglesia, pulcramente restaurada, el claustro, donde reposa Pedro de Sagarriga, uno de los nueve compromisarios reunidos en Caspe, y las dependencias anexas donde se levanta el Museo Diocesano, con piezas de indudable valor.
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| Órgano de Tarragona |
Nos detenemos en el interior del templo para admirar el espectacular órgano de tubos que ocupa gran parte de la nave cental. Es de estilo romántico, llamado de mar y cielo. San Google nos chiva que "es un instrumento realizado en la segunda mitad del siglo XVI, para sustituir al anterior del siglo XV. El diseño del mueble se debe al arquitecto Jaume Amigó y el trabajo de carpintería es obra de Pere Ostris y Jeroni Xanxo, entre 1562 y 1566. Las puertas que lo cierran las pintaron por ambas caras Pere Serafí y Pier Paolo de Montalbergo con la representación de la Anunciación en el exterior realizada a la grisalla y la Adoración de los Pastores y la Resurrección de Cristo en policromía en la parte interior".
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| Cruz de término, en el jardin de la catedral |
Fue concienzudamente restaurado y desde 2011 vuelve a deleitar a los tarraconenses y melómanos de cualquier lugar.
Marga
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