Está científicamente comprobado que el ser humano es incapaz de conocer el futuro; también está demostrado que, frecuentemente, no hay consenso sobre la realidad del presente. Por esto, salvo excepciones (siempre hay quien la desconoce o la distorsiona), el ser humano se encuentra mucho más a gusto hablando del pasado, de “su” historia.
Organo de la Colegiata de Caspe (Arxiu Salvany, Barcelona) |
También es este el caso de las líneas que escribo a continuación. Hablo de historia, de “nuestra” historia, tratando, sobre todo, de que se conozca. Así, cada cual hará su propia valoración.
1687.- Jorge Sesma de Zaragoza, instala un nuevo órgano de tubos en la Colegiata.
1712.- Francisco Turull de Cretas (Teruel), renueva y mejora los órganos de tubos de la Parroquia y de Agustinos.
1754.- El religioso agustino Manuel Llorente es nombrado organista, a título perpetuo, por el desempeño de su labor hasta 1809.
1809.- Mosen Mariano Valimaña es nombrado organista y director de coro, puesto que ocupó hasta 1834.
1834.- Toma posesión como organista y profesor de música Antonio Ferrán, el primer civil. Dentro de sus obligaciones debía enseñar solfa y órgano a los niños pobres de la ciudad. Estuvo en Caspe 8 años y realizó una gran labor.
1842.- De nuevo un religioso, Fray Agustín Arpal, asume la plaza de organista. Este mismo año, fruto de la enseñanza de solfeo iniciada años atrás, nace la primera banda de música en nuestra ciudad. El Ayuntamiento costea el proyecto.
1867.- Baltasar Alfonso, civil, es contratado como organista y profesor de música. Desempeñó su labor durante 25 años. Es considerado el “padre” de la cultura musical en Caspe.
1891.- Florencio Repollés Bielsa asume el puesto de organista. Lo desempeñó hasta su fallecimiento en el año 1921. A partir de esta fecha no se conoce un organista “oficial”, siendo cubierto por los profesores Eusebio Campos, Gabriel Oliver…
1936-39.- El órgano de la parroquia es destruido. No debió ocurrir, pero ocurrió.
Si se analiza esta evolución cronológica se llega a la conclusión de que la suma de voluntades e ilusión, alrededor de un instrumento tan singular, ha permitido que, desde hace tiempo, nuestra ciudad disponga de escuela de música, coro, banda de música, profesionales cualificados… Con la pérdida del órgano de tubos se truncó un periodo, superior a 250 años, dedicado en gran medida al desarrollo social y cultural.
2012, año del sexto Centenario del Compromiso.- Un grupo de amantes de la música conforman una plataforma con el objetivo de devolver a la sociedad caspolina un preciado bien desaparecido. Pretenden hacerlo “entre todos y para todos”. El camino andado ha sido duro, pero gratificante. La respuesta ciudadana acrecienta la ilusión. Se sigue trabajando.
Manuel Conte Lorente
muy interesante
ResponderEliminarSara
Nos alegra que te haya gustado Sara. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminar